Hoy hemos dedicado la clase íntegramente a dialogar sobre
nuestra evaluación en esta asignatura:
didáctica de la expresión corporal.
En primer lugar, el profesor, Jorge, nos ha invitado a que
propusiéramos aspectos que pensábamos que se tenían que tener en cuenta en la
evaluación. Ha sido una lluvia de ideas donde han aparecido términos como: la
realización del blog, el interés, la asistencia, la actitud, los proyectos, “el
proyecto final”, la cooperación, el compañerismo...
A continuación, el profesor nos ha sugerido que
elaborásemos, por grupos, una propuesta de evaluación donde incluyésemos el porcentaje de cada aspecto a tener en
cuenta. Y esta ha sido la nuestra:
- Blog: 40% (ya
que consideramos que detrás de este hay un gran esfuerzo, debido a que en él se
puede hacer un seguimiento de todas las sesiones realizadas, de trabajos
indicados por el profesor y de material de ampliación que aporta contenidos
útiles para la asignatura).
- Asistencia + actitud
+ proyectos: 30% (un 10% cada uno de ellos). — Evaluado por el profesor—
Pensamos que la asistencia
es recomendable y necesaria porque es una asignatura que se vive y se
experimenta en primera persona, y que es ineludible para que se pueda producir
el aprendizaje. —Evaluado por el profesor —.
En relación con la actitud
hemos incluido términos como: participación, trabajo en equipo,
compañerismo, esfuerzo, involucración, responsabilidad, respeto, iniciativa...
— Evaluado por los compañeros del grupo —.
Con los proyectos nos referimos a los trabajos grupales como
el de “las moscas en el hall”.
- “Trabajo final: 30%. Pensamos que dicho trabajo sustituiría
al examen ya que a través de él se trabaja sobre los pretextos vistos en clase,
es decir, se trabajará todo aquello tratado en clase (el día a día) y mediante
la justificación mostraremos lo que hemos aprendido.
La mayoría de los grupos han propuesto una evaluación
similar a la nuestra, a excepción de un grupo que abogaba por que los alumnos
nos evaluásemos entre todos.
Finalmente, el profesor ha propuesto una autoevaluación, en
la cual, cada uno de nosotros nos evaluaremos, explicando el porqué, para que a
continuación nuestros compañeros nos suban o bajen la nota de una forma
argumentada.
Esto ha producido una gran diversidad de opiniones entre
todos los alumnos. Habían algunos que pensaban que era un modo nuevo de
experimentar y de aprender, sin embargo, otros alumnos pensaban que era muy
problemático ya que consideraban que ellos/as no tenían las herramientas
necesarias para evaluar a un compañero/a. Otros pensaban que no sería un
proceso objetivo y otros, que a lo mejor, el resto de compañeros no le
valoraban como realmente se merecían.
La cuestión se ha quedado en el aire, por lo tanto lo
decidiremos entre todos en futuras sesiones.
Como conclusión de lo ha sucedido hoy en la sesión, podemos
extraer la dificultad de llegar a un acuerdo cuando se trabaja de una forma
colectiva. Y esto es vital para nuestra
futura tarea docente, por lo tanto, tenemos que aprender a dialogar, a ceder, y
a intentar llegar a un fin común. Este hecho lo hemos aprendido hoy en clase
porque “lo hemos vivido en nuestras carnes”, como hemos citado anteriormente,
lo hemos experimentado en primera persona.
